En las pruebas Pisa, realizadas en el 2012, Colombia salió rajada en materia de educación financiera, con el último lugar en los países de referencia. Ese resultado no pudo ser más vergonzoso y diciente de un país, en el que se ha venido despreciando la formación de sus ciudadanos para entender la administración, gestión y manejo del dinero.
¿Es importante la educación financiera? ¿Hay algunas coincidencias entre la educación financiera y el desempeño integral en las pruebas Pisa? No hay duda de su importancia, porque un país con buena educación financiera mejora los indicadores de bancarización, la afiliación a los sistemas pensionales, la utilización de seguros, entre otros.
En cuanto a las coincidencias, es evidente que cerca del 40 por ciento de los países con mejor desempeño en estas pruebas cuentan con organismos intersectoriales de educación financiera, lo que demuestra que el tema está en la agenda pública con algún nivel de relevancia.
No hay discusión en que el éxito de esta formación está vinculado a la capacidad de permear la estructura curricular de la educación primaria y secundaria.
Aproximadamente, el 70 por ciento de los países con mejor desempeño en educación financiera, dentro del contexto de las pruebas Pisa, cuentan con una sólida y consistente agenda que se ve reflejada en el pénsum académico.
En Nueva Zelanda, la educación financiera está en los colegios desde el 2007, y el Ministerio de Educación lidera la construcción de una sociedad bien formada para administrar exitosamente sus ingresos. República Checa hace lo propio, y se focaliza en la educación secundaria. Otros países como Polonia, Letonia, Estados Unidos están sintonizados en que la educación financiera es crucial en una sociedad globalizada.
¿Qué pasa en Colombia? En nuestro país enfrentamos varios desafíos Tenemos una sociedad agobiada por la informalidad, existe un dominio del efectivo en la economía, tenemos baja cobertura pensional, estamos en puestos mediocres de primas per cápita, en materia de seguros, y, aunque hemos avanzado en bancarización, seguimos teniendo preocupantes niveles de exclusión y mala formación para elegir productos y calcular acertadamente las decisiones financieras.
Lo triste de nuestra realidad es el desprecio de las autoridades. Tenemos una ley que el Ministerio de Educación no aplica, no hay presupuesto relevante en el sector para desarrollar una agenda seria, existe la falsa idea de identificar educación financiera con apoyo a los bancos, y, los más lamentable, se olvida que avanzar en este frente también está ligado con el desarrollo de mejores competencias para el empleo.
Tenemos un gobierno que todos los días habla de educación y dice que seremos la nación más educada de América Latina en pocos años. Si juzgamos por lo que ocurre en educación financiera, estamos anclados en el subdesarrollo, no solo porque se quiere sacar al país de esta evaluación en las pruebas Pisa, sino porque no es prioritario en una nación que quiere tener una ciudadanía del siglo XXI. En pocas palabras, en materia de educación financiera, gracias a las erráticas decisiones del gobierno, nos quedaremos como la MAL EDUCADA.
Iván Duque Márquez
Senador
ivanduquemarquez@yahoo.com
¿Es importante la educación financiera? ¿Hay algunas coincidencias entre la educación financiera y el desempeño integral en las pruebas Pisa? No hay duda de su importancia, porque un país con buena educación financiera mejora los indicadores de bancarización, la afiliación a los sistemas pensionales, la utilización de seguros, entre otros.
En cuanto a las coincidencias, es evidente que cerca del 40 por ciento de los países con mejor desempeño en estas pruebas cuentan con organismos intersectoriales de educación financiera, lo que demuestra que el tema está en la agenda pública con algún nivel de relevancia.
No hay discusión en que el éxito de esta formación está vinculado a la capacidad de permear la estructura curricular de la educación primaria y secundaria.
Aproximadamente, el 70 por ciento de los países con mejor desempeño en educación financiera, dentro del contexto de las pruebas Pisa, cuentan con una sólida y consistente agenda que se ve reflejada en el pénsum académico.
En Nueva Zelanda, la educación financiera está en los colegios desde el 2007, y el Ministerio de Educación lidera la construcción de una sociedad bien formada para administrar exitosamente sus ingresos. República Checa hace lo propio, y se focaliza en la educación secundaria. Otros países como Polonia, Letonia, Estados Unidos están sintonizados en que la educación financiera es crucial en una sociedad globalizada.
¿Qué pasa en Colombia? En nuestro país enfrentamos varios desafíos Tenemos una sociedad agobiada por la informalidad, existe un dominio del efectivo en la economía, tenemos baja cobertura pensional, estamos en puestos mediocres de primas per cápita, en materia de seguros, y, aunque hemos avanzado en bancarización, seguimos teniendo preocupantes niveles de exclusión y mala formación para elegir productos y calcular acertadamente las decisiones financieras.
Lo triste de nuestra realidad es el desprecio de las autoridades. Tenemos una ley que el Ministerio de Educación no aplica, no hay presupuesto relevante en el sector para desarrollar una agenda seria, existe la falsa idea de identificar educación financiera con apoyo a los bancos, y, los más lamentable, se olvida que avanzar en este frente también está ligado con el desarrollo de mejores competencias para el empleo.
Tenemos un gobierno que todos los días habla de educación y dice que seremos la nación más educada de América Latina en pocos años. Si juzgamos por lo que ocurre en educación financiera, estamos anclados en el subdesarrollo, no solo porque se quiere sacar al país de esta evaluación en las pruebas Pisa, sino porque no es prioritario en una nación que quiere tener una ciudadanía del siglo XXI. En pocas palabras, en materia de educación financiera, gracias a las erráticas decisiones del gobierno, nos quedaremos como la MAL EDUCADA.
Iván Duque Márquez
Senador
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